¿Qué edad tiene la piel de tu cara?

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Arrugas, manchitas, marcas... Muchas veces, nuestro rostro indica una edad que no tenemos. Hay factores internos y externos que repercuten en nuestra salud y belleza. Consejos de una experta para cuidarla y vernos 10 años más joven.

La piel de la cara es la historia de nuestra vida: arrugas, surcos de expresión, luminosidad, mucha o poca hidratación, manchas, cicatrices. Pero… no siempre el estado del cutis representa los años que tenemos. El aspecto de la piel se relaciona con factores internos y externos: todos estos agentes se conjugan y traducen en el resultado de una piel más o menos sana o joven.

 Factores internos

* La herencia genética.

* Los cambios hormonales propios de cada etapa:

- La adolescencia, en la que la piel está más oleosa y tiende al acné.

- El embarazo, que se caracteriza por la aparición de manchas, estrías, agrandamientos de lunares y verrugas.

- La menopausia, que genera cambios en de la elasticidad de la piel, manchas, queratosis y rosácea.

- La tercera edad, en la que se profundizan estas alteraciones.

* Las enfermedades generales y cutáneas:

- Las pigmentaciones.

- La rosácea que es el enrojecimiento exagerado acompañado de sensación de calor.

- La queratosis, los eccemas, la dermatitis seborreica, los tumores y el foto-daño, que se presentan en forma de manchas claras u oscuras y suman escamosidad a la piel.

 

Factores externos

* El clima: el calor aumenta el nivel de grasitud de la piel y el frío suele propiciar su sequedad.

* Los factores ambientales como por ejemplo, los microclimas laborales en los que los niveles de estrés varían.

* Los estilos de vida: la exposición a factores tóxicos juega un rol fundamental en la salud de la dermis.

* La calidad de alimentación.

* La higiene.

* Los cuidados de la piel.

 

Consejos para cuidar la piel

Los hábitos saludables beneficiarán la salud de nuestro cutis: una vida libre de factores tóxicos, con bajo nivel de estrés, en la que se realice actividad física regular y se mantenga una alimentación variada y equilibrada que incluya frutas frescas y secas, verduras, carnes variadas, lácteos y abundante líquido, principalmente agua e infusiones es esencial.  

Lo aconsejable, también, es mantener una correcta rutina de higiene con los cosméticos y utilizar los principios activos adecuados para cada tipo de piel. ESo sí, éstos deben ser recomendados por un especialista. Los protectores solares preservan al cutis de los rayos UV.

Además, hay que ser constantes en complementar el cuidado diario domiciliario de la piel con otros tratamientos especializados, como por ejemplo: limpiezas, microdermoabrasión, pulidos caseros o peeling médicos, aplicación de máscaras nutritivas e hidratantes o de plasma rico en plaquetas, y corrección de las imperfecciones, arrugas y surcos de expresión. Todo ello sumará en el resultado de su apariencia.

Al cuidar la salud de la dermis en sus aspectos médicos y estéticos se logra prevenir posibles enfermedades cutáneas, diagnosticar tempranamente, tratar de manera oportuna el problema y, finalmente, sanar y embellecer la piel. De esta forma, será posible acortar la brecha que existe en algunas personas entre su edad real y la edad que su piel le hace representar.